PRIMERA PARTE DEL DIALOGO ENTRE EVA Y HITLER
Hitler cita a Eva en su oficina, él ya tenia todo planeado; dentro de dos días se casaría con Eva, la mujer que estaba loco por él y que lo había seguido desde mucho tiempo.
Hitler: (por el teléfono) Eva, ¿podrías venir? Necesito hablar contigo.
Eva: vale, en un momento voy, que tengo que terminar de arreglar unos documentos.
Eva termino su labor y se dirigió al despacho de su fuhrer, a quien ella amaba en silencio.
Eva: (toca la puerta y pide permiso para entrar).
Hitler: Adelante, toma asiento (cediéndole una silla),… ¿quieres tomar algo?
Eva: (extrañada, ya que esa siempre era su pregunta) no gracias,… (Tomando asiento).
Hitler: (se sienta en una esquina del escritorio) Eva, has estado siempre aquí, y nunca he prescindido de tus servicios. Quiero contarte todo sobre mi, se que puedo confiar plenamente en ti.
Eva: (sonríe) claro que si mi fuhrer, si es que te puedo llamar así…
Hitler: claro que si, (sonriente)…he sufrido mucho, mis padres Alois y Klara Hitler, eran gente humilde, mi padre era un funcionario y mi madre trabajaba en casa. Siempre quise estudiar arquitectura y pintura, intenté entrar en la academia de pintura, pero me rechazaron dos veces, así que me fui a un instituto religioso, donde dure tres años. Ahí conocí a mi gran amigo Rudolf Golf, siempre me ayudó, él es como un hermano.
Eva: (con cara de comprensiva, mira fijamente a Hitler y le coge de la mano) mi Fuhrer, yo también estaré hay para ayudarte.
Hitler: yo se mi tontita, por eso te cuento esto,… bueno déjame continuar. Estuve años en los altos rangos de la política, hasta que en 1923, comencé a gestionar mi campaña, para entrar en el círculo político. Tuve un pequeño problema y me metieron en la cárcel unos cuantos años.
Eva: eso pasó cuando te hirieron…
Hitler: si, pero gracias a Dios no fue nada grave; mi amigo Rudolf terminó de gestionar mi campaña y me ayudó a salir de la cárcel, desde ese momento tratábamos de conseguir el poder frente a los Judíos. Realicé mi campaña en un avión, mi pueblo sabía que yo era un genio político, pero no me fue muy fácil ganar; en 1933 conseguí lo que siempre quise, el poder de Alemania, y tú sabes el esfuerzo que tuve que hacer para lograrlo. Cambié la democracia por la dictadura, puesto que yo soy el jefe, y solo yo…
En ese momento llaman a la puerta, era Rudolf.
Rudolf: amigo mío, tenemos que ir a la junta, ya es la hora.
Hitler: (dirigiéndose a Rudolf) esta bien, ahora salgo.
Hitler: (dirigiéndose a Eva) mi conejita, perdóname, pero tengo que acudir a esta reunión, es muy importante para el pueblo alemán.
Eva: no te preocupes, mañana si tienes tiempo seguimos hablando.
Habían pasado seis horas; para ellos fue como si pasaran solo dos; estaban tan entretenidos y entregados uno al otro, que por primera vez Eva pensó que podía conseguir que Hitler fuera al fin,… su esposo.
SEGUNDA PARTE DEL DIALOGO
En uno de sus encuentros, Eva Brown y Hitler se encontraron en su casa secreta, donde antiguamente se veían y compartían sus ideas y pensamientos.
Hitler: buenas días (dándole un beso en la mejilla)
Eva: ¿Que quieres que te prepare?
Hitler: no quiero nada,… pero me gustaría que habláramos
Eva: esta bien, yo también tengo muchas cosas que decirte.
Ambos, se levantan y se sientan en el sofá del salón, pero Eva no quiere sentarse junto a él, si no en frente de él.
Hitler: he pensado mucho lo que está pasando en Alemania y…
Eva: ¿Que va ha pasar conmigo?
Hitler: no te apresures, también he pensado en ti…
Eva: ¡Quiero casarme contigo!, te amo, eres mi Fuhrer, daría mi vida por estar contigo.
Hitler: yo se mi conejita, pero ahora tengo que reunirme con mi grupo nazis.
Eva: (con una triste sonrisa se despide de Hitler) ¡nos vamos cariño! (le da un beso)
Hitler: si, después de la reunión te diré algo que es muy importante para ti
Eva se sonríe pero su rostro no es muy convincente. Hitler y Eva se van; él entra a la reunión, mientras que ella termina su labor de secretaria. Fue una de las reuniones más largas, Eva se extrañó he interrumpió la reunión, ofreciéndoles para beber, nadie quiso nada; la mirada de Hitler hacia ella fue muy penetrante, ella salio y terminó su trabajo.
Al acabar la reunión Hitler cita a Eva a su oficina, ella extrañada.
Eva: tiene que ser algo muy importante para que me cites en tu oficina, frente a tus seguidores.
Hitler: es una noticia de suma importancia, por favor siéntate mi tontita.
Eva: ¿Por qué tanto misterio? ¿Qué me tienes que decir?
Hitler: me has insistido tanto en contraer matrimonio contigo que lo he pensado y hablado con mi concejo, que he decidido contigo.
Eva: (anonadada) no lo puedo creer pero ¿Cuándo nos casaremos?
Hitler: mañana, por la tarde.
Eva: pero no tenemos nada arreglado, los invitados, la torta, la fiesta,…
Hitler: yo tengo todo controlado, tu traje te lo darán por la noche.
Eva: (sonriente) te adoro mi Fuhrer.
A la mañana siguiente, Eva estaba muy emocionada, por fin había logrado lo que siempre quiso, pero algo le preocupaba, ella no sabia con quien se iba a casar en realidad, solo conocía sus negocios, sus movimientos; temía del paso tan importante que iba a dar en pocas horas. Sin embargo estaba muy enamorada de Hitler y seria capaz de pasar el resto de su vida con él.
A Eva la fueron a buscar en un antiguo coche y la llevaron a la iglesia. De allí fueron a celebrarlo en un gran salón, junto con sus seguidores.
Eva sabía que su cuñado había descubierto algo de Hitler.
Él lo mandó a matar sin compasión.
Eva no se opuso a su decisión, a pesar de que su hermana estaba embarazada, no le importó, amaba tanto a Hitler, que estaba cegada completamente por él. Lo que desconocía era que al día siguiente iba a morir junto a su enamorado.
Hitler: Cariño debemos irnos.
Eva: ¿A dónde?
Hitler: a mi refugio
La cogió de la mano y la subió al coche, donde lo seguían sus compañeros nazis.
Al llegar al refugio, los estaba esperando un numeroso grupo de protestantes,… ella sin saber que sucedía, entró rápidamente.
Hitler: perdona por no haberte correspondido durante todo este tiempo, te quiero mucho mi tontita, siempre has estado conmigo y has apoyado en todo.
Eva:(con lagrimas en los ojos) ¿Por qué me dices eso?
Hitler: siempre me has dicho que me acompañaras hasta la muerte, creo que ha llegado la hora de que lo cumplas, no puedo seguir vivo, piden mi cabeza, estoy en un gran aprieto; ten, esta es una dosis de cianuro, si me quieres te lo tomarás.
Eva: mi. Fuhrer, eres todo para mí, sabes que daría mi vida por ti, claro que me tomaría eso y tu ¿Qué vas hacer?
Hitler: yo también moriré contigo, estaremos juntos hasta en la tumba, pero tendré un arma porque no podré aguantar, de que te estés muriendo frente a mí,…
Se que con solo estar a tu lado, me llevaré el mayor tesoro de mi vida, junto al de mi gran nación, Alemania.
Eva emocionada le da un fuerte abrazo y un beso, le toma de la mano y de un trago se tomó el cianuro; Hitler también, pero no lo soportó y se dio un tiro en el corazón.
Murieron juntos, uno encima del otro.
Los grupos nazistas los incineraron juntos y los lanzaron al mar como Hitler lo había decidido.
Solo 36 horas pudo compartir Eva junto a Hitler, su sueño inalcanzable; al final lo consiguió y estuvieron juntos hasta la muerte.
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El profesor -